Librería Valladolid
Hay días en los que prefiero ir a lo seguro, a lo conocido, leer el mismo libro que ya sé que me hará llorar, o ver de nuevo mi capítulo favorito de una sitcom noventera. No quiero experimentar mucho, ir a la seguridad que da, por ejemplo, un coctel clásico… y Librería Valladolid parece el lugar perfecto para ello.
En un sótano lleno de libros puedes sentarte a elegir un coctel clásico de una extensa carta, no sin antes aprender un poco de dónde viene, las teorías y chismecitos que hay alrededor de él y los barmans que se han peleado su creación.
Desde el popular Moscow Mule (1940), hasta el tropical Pornstar Martini (2002), con vodka con maracuyá acompañado de prosecco, que le da las burbujas necesarias, pasando por el Aviation, un coctel floral y especiado que hay que beber sin prisas para acostumbrar al paladar y, por supuesto, el clásico Negroni. Cada coctel de Librería Valladolid se siente hecho con los mejores ingredientes y con cuidado extremo.
Los sabores resaltan como debe ser, pero, si te gusta acompañar un coctel con algo de comer, las opciones son escasas, latería de España y Portugal y no mucho más. En cuanto al concepto, encontré un espacio que utiliza libros únicamente como escenografía, para probar el punto de que se llama "librería", esperaba que los libros además tuvieran algún sentido y no fueran solo adorno, como en la mesita de té de tu tía, pero no fue así. Parece pensado para que salga bien en las fotos, eso no le quita que los cocteles sean buenos, p